Y estos chicos no dejan de dar sorpresas. El caso es que después de desmontar la moto por completo, y volver a montarla, cuando arrancó no mantenía el ralentí y se aceleraba mucho, sin darle al gas.
Me acerqué y pregunté
-¿qué habéis tocado? Sonríeron los tres.
-No sé maestro. Dijo uno de ellos, mirando la moto.
¿Qué hago? Me pregunté... Pues esperaré, a ver qué hacen ellos...
Al poco rato vino uno y me preguntó
- ¿Maestro puedo buscar una cosa en el móvil?
-Sí.
Y después de trastear durante unos minutos sobre la pantalla de su smartphone, trasteó nuevamente la moto. La arrancó, y el ralentí volvió a su lugar.
Cuando mis alumnos necesitan el móvil para trabajar, ¿porque se lo voy a negar?
Enhorabuena chicos! ;-)
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